viernes, 10 de octubre de 2014

Rampas accesibles y rampas imposibles

¿Tan difícil es construir una rampa que sea accesible? 

En el post de hoy repasamos la normativa vigente. 

Aunque los ejemplos de las fotos son extremos, lo más común es encontrarnos con pendientes demasiado altas, que terminan justo en la puerta, lo que hacen inviable que una persona pueda acceder al portal de manera independiente. Hay que recordar que la rampa no sólo tiene que servir para que la persona "pueda entrar", sino también para que pueda hacerlo sin ningún tipo de ayuda. Eso también incluye a la puerta: lo ideal sería que pudiera abrirse de forma automática, con un mando, por ejemplo. Si la puerta pesa mucho o requiere el uso de una llave, es muy difícil que una persona con debilidad o inmovilidad de los miembros superiores pueda acceder a su propia casa. Eso significa que siempre debería haber alguien cerca, pendiente de abrir el portal. 




¿Cómo debe ser una rampa?



Decreto 293/2009: si el desnivel para acceder al interior de un  establecimiento o edificio es superior a 5 cm, éste debe realizarse a través de una rampa, un tapiz rodante o un escalón. 
Los desniveles inferiores a 5 cm se pueden salvar mediante un plano inclinado de un mínimo de 80 cm de ancho y con una pendiente menor al 25%.  
En cuanto a las rampas, hay diferencias entre obras de edificación e itinerarios peatonales, y deben construirse de manera que no invadan la acera:







¿Qué ocurre cuando las características del edificio ya construido impiden un diseño accesible de la rampa?



Cuando la rampa no puede cumplir los requisitos de accesibilidad, según la ley, "En edificios existentes se pueden proponer soluciones alternativas basadas en la utilización de elementos y dispositivos mecánicos". Eso sí, hay que justificar "la idoneidad" de estos dispositivos.
Lo más socorrido es poner un salvaescaleras, (colocar un ascensor supone un gasto al que raramente se accede)
El problema de los salvaescaleras:
En el caso de las sillas como la de la foto de la derecha, es que normalmente sólo sirven para personas que pueden ponerse de pie, y como mucho para personas que puedan hacer la transferencia sin problemas. No está indicado para personas en sillas de ruedas. Lo lógico es instalar un dispositivo que sirva para la mayoría de la gente, ¿no?



           El problema de la mayoría de estas plataformas, es que su peso máximo es de 150 kg. Esto permite que una persona en silla de ruedas manual pueda pasar esos escalones, pero en el caso de una silla de ruedas eléctrica, que ronda los 100 kg (al que hay que añadir el peso de la persona), ya no se puede utilizar. 

            Además, en los edificios públicos, museos, etc., suele ocurrir que hay que llamar al bedel o conserje para que accione la plataforma. Esto significa que otra persona tiene que subir las escaleras y hablar con él. ¿Qué independencia es esa? Y por si fuera poco, muchas veces no funciona o se queda atascada...





Quiero poner una rampa en mi portal, ¿qué hago?

La Ley 51/2003, de Igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal, obliga a la comunidad de vecinos a realizar las obras necesarias (cuyo importe no exceda de tres mensualidades ordinarias de gastos comunes) para que el inmueble reúna las condiciones adecuadas de accesibilidad, seguridad y habitabilidad, a instancia de los propietarios en cuya vivienda vivan, trabajen o presten sus servicios, personas con discapacidad o mayores de 70 años. 


 La realización de obras o el establecimiento de nuevos servicios comunes para eliminar barreras arquitectónicas que dificulten el acceso o movilidad de personas con discapacidad, incluso cuando impliquen la modificación del título constitutivo, o de los estatutos, requiere el voto favorable de la mayoría de los propietarios, representando la mayoría de las cuotas de participación.  

Diseño para Todos

Todavía queda mucho por hacer, desde sensibilizar a la población sobre la necesidad de un entorno accesible, hasta comenzar por un diseño universal que garantice la independencia de cualquier persona. Para finalizar, ponemos el ejemplo de la Philarmonie de Luxemburgo, cuyo diseño arquitectónico permite acceder a cualquier persona, con y sin movilidad reducida, a las butacas de sus tres salas, sin hacer distinciones.




Más información:





CC




2 comentarios:

  1. No es necesario ser ingeniero para construir rampas y rebajes útiles y accesibles, con un mínimo de conocimiento sobre el tema y sentido común sería más que suficiente. Pero por desgracia no hay más que echar un vistazo para darte cuenta que podrían con un mínimo de interés las cosas mucho mejor. Un artículo muy bueno y útil enhorabuena Marta.

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    1. Como comentaba, lo ideal sería empezar por hacer bien las cosas. Si diseñásemos edificios y calles para todos, no habría la necesidad de tener que añadir una rampa después, que siempre es más difícil adaptarla a las medidas y al terreno. Muchas gracias Carlos :)

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